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LA HORA DIEZ-Benjamin S. Parravicini
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LA HORA DIEZ-Benjamin S. Parravicini
Pasajero que llegas… hombre viajero que corres el mundo en pos de hospedaje, que corres tras realidades que esperas guardar, conservar y ampliar sin término alguno, olvidando que tu, como todo viajero, tienes tu estada en el lugar por contado y determinado tiempo y que, terminado este, luego de abandonar el albergue vivido, debes regresar hacia el puerto de partida, abandonándolo todo…Solamente portarás el equipaje que trajiste, el que regresarás, tal vez cuidado, tal vez deteriorado…Más, con el volverás…
Tú, que viajas, observas encandilado… Y no descubres la belleza de las cosas bellas, el paisaje de los cien paisajes, la música de las mil músicas. Nada de ello soslayas…
Tú, en cambio, empeñoso, tratas de descubrir el humano placer, la banal costumbre, el juego erótico y la relajante concupiscencia oculta en los seres que, como tú, viajan sumidos en deseos liberales…
¡Dime! Tú que viajas… ¿has detenido tu paso andariego ante el Templo de Dios?
Suponiendo que así lo has hecho ¿Acaso hablaste con Él? ¿Hablaste con el retirado servidor del Alto, que allí mora? Y en esa mansión de paz… ¿Hablaste contigo mismo?
¡No! ¡No!...contestarás esquivo y callarás en reflexión sin distancia.
¡Hermano viajero! El recorrer la Tierra, encierra sorpresas que nublan el tiempo. ¿Sabes acaso, andarín del planeta en evolución, que llegó el hombre a él, para servir al semejante, más no para ser servido? ¿Sabes que la mano que con orgullo luces, no te fue dada para jugar con oros, más si para mitigar padeceres, para acariciar en caridad y ternura y para enjugar afligidas lágrimas? ¿Sabes acaso, que si ojos llevas sobre tu dorado rostro, no te fueron otorgados para descubrir ficticias situaciones, ni oropeles inútiles, más si te fueron entregados para encontrar al Señor y portar su luz al ciego, enseñándole a conocer aquella real presencia y su divina palabra?
Tú no eres, hombre andarín, un ser que corre solo por correr los senderos que llaman. De sobra sabes que el correr por correr, dejando de lado todo aquello que pudiera enturbiar tu excursión recreativa, no es valedero al viaje. No es agradable al Señor…
Por momentos, marchas tus pasos sin mirar tras tus espaldas, ignorando lo que tras ellas sucediere. Pudiera el acaso alzar un traicionero brazo e intentar herir tu cuerpo en misión, el que no cuidas, siendo tu deber, hacerlo. No miras el lugar que pisas. No miras el allá que espera. No descubres el rincón de cielo que podría ser un día tuyo y que por correr en el rosado vacío…perderás… Eres petulante…Eres presuntuoso al deducir y asegurar que el mundo, es únicamente tuyo y que tuyas son sus riquezas… ¡Muchas manos para un desdichado pobre!... ¡Muchas bocas para tan amargo comer!...
Comprende pues, que en tu peregrinar incierto, solo y egoísta, no hallarás jamás ocasión de tener el halago de donar una palabra, de entregar una sonrisa, de curar a un enfermo, de dejar una limosna….en fin, de ser útil a quien te necesitare…. ¡Más si exiges abiertamente que lo sean contigo y en perfección obligada!
¡Iluso eres, turista viajero!.... Abandona ese correr fatigante y estúpido…Ha llegado el momento en que el itinerario de viajes, cambiará sus horarios. Los hospedajes, serán diferentes y tú, que albergaste lujos y banalidades, desesperarás al no hallar ya, todo aquello que solazó el ayer que escapa… ¡Y desquiciarás!...
Todavía aguarda por ti un tiempo y un medio tiempo. Por lo tanto, levanta la vista y mira la paz del destino que lleva tu brazo. Míralo. Hoy el Alto llora por su ser extraviado que alcanzó su sentencia del final y no lo cree. Llora, porque tendrás, obligado por la oscura fuerza que abrigaste, renunciar al día, porque la materia que portas se derrumbará y porque tú, en tu indiferente correr, nada habrás guardado como valor seguro, para el viandar del regreso…
¡Marcharon los tiempos! Ellos se fueron y con ellos los seres que supieron acompañar tus primeros pasos. Se alejaron las sanas costumbres y las verdades celestes… Has quedado solo, ante el apagado fuego del terminado viaje. ¡Álzate viajero, fatigado de la Tierra en brumas!... Debes ausentarte y arreglar tus confundidas cuentas, porque los instantes ya contados, son el tiempo del tiempo y medio….
Y porque Dios desde lo alto ha dicho: “”Mi morada es de anchas puertas, más por ellas solamente pasarán los humildes, que caminar supieron en misión de caridad y amor””
¡Viajero…Tú que viajas!..¡Alza la vista, observa, comprende…Y serás! ¡Es ya la hora diez!
Mensaje recibido el 1 de Enero de 1969 por Benjamín Solari Parravicini
Publicado en el nº 379 de la revista: Conocimiento de la Nueva Era, de el mes de Julio de 1969.
Tú, que viajas, observas encandilado… Y no descubres la belleza de las cosas bellas, el paisaje de los cien paisajes, la música de las mil músicas. Nada de ello soslayas…
Tú, en cambio, empeñoso, tratas de descubrir el humano placer, la banal costumbre, el juego erótico y la relajante concupiscencia oculta en los seres que, como tú, viajan sumidos en deseos liberales…
¡Dime! Tú que viajas… ¿has detenido tu paso andariego ante el Templo de Dios?
Suponiendo que así lo has hecho ¿Acaso hablaste con Él? ¿Hablaste con el retirado servidor del Alto, que allí mora? Y en esa mansión de paz… ¿Hablaste contigo mismo?
¡No! ¡No!...contestarás esquivo y callarás en reflexión sin distancia.
¡Hermano viajero! El recorrer la Tierra, encierra sorpresas que nublan el tiempo. ¿Sabes acaso, andarín del planeta en evolución, que llegó el hombre a él, para servir al semejante, más no para ser servido? ¿Sabes que la mano que con orgullo luces, no te fue dada para jugar con oros, más si para mitigar padeceres, para acariciar en caridad y ternura y para enjugar afligidas lágrimas? ¿Sabes acaso, que si ojos llevas sobre tu dorado rostro, no te fueron otorgados para descubrir ficticias situaciones, ni oropeles inútiles, más si te fueron entregados para encontrar al Señor y portar su luz al ciego, enseñándole a conocer aquella real presencia y su divina palabra?
Tú no eres, hombre andarín, un ser que corre solo por correr los senderos que llaman. De sobra sabes que el correr por correr, dejando de lado todo aquello que pudiera enturbiar tu excursión recreativa, no es valedero al viaje. No es agradable al Señor…
Por momentos, marchas tus pasos sin mirar tras tus espaldas, ignorando lo que tras ellas sucediere. Pudiera el acaso alzar un traicionero brazo e intentar herir tu cuerpo en misión, el que no cuidas, siendo tu deber, hacerlo. No miras el lugar que pisas. No miras el allá que espera. No descubres el rincón de cielo que podría ser un día tuyo y que por correr en el rosado vacío…perderás… Eres petulante…Eres presuntuoso al deducir y asegurar que el mundo, es únicamente tuyo y que tuyas son sus riquezas… ¡Muchas manos para un desdichado pobre!... ¡Muchas bocas para tan amargo comer!...
Comprende pues, que en tu peregrinar incierto, solo y egoísta, no hallarás jamás ocasión de tener el halago de donar una palabra, de entregar una sonrisa, de curar a un enfermo, de dejar una limosna….en fin, de ser útil a quien te necesitare…. ¡Más si exiges abiertamente que lo sean contigo y en perfección obligada!
¡Iluso eres, turista viajero!.... Abandona ese correr fatigante y estúpido…Ha llegado el momento en que el itinerario de viajes, cambiará sus horarios. Los hospedajes, serán diferentes y tú, que albergaste lujos y banalidades, desesperarás al no hallar ya, todo aquello que solazó el ayer que escapa… ¡Y desquiciarás!...
Todavía aguarda por ti un tiempo y un medio tiempo. Por lo tanto, levanta la vista y mira la paz del destino que lleva tu brazo. Míralo. Hoy el Alto llora por su ser extraviado que alcanzó su sentencia del final y no lo cree. Llora, porque tendrás, obligado por la oscura fuerza que abrigaste, renunciar al día, porque la materia que portas se derrumbará y porque tú, en tu indiferente correr, nada habrás guardado como valor seguro, para el viandar del regreso…
¡Marcharon los tiempos! Ellos se fueron y con ellos los seres que supieron acompañar tus primeros pasos. Se alejaron las sanas costumbres y las verdades celestes… Has quedado solo, ante el apagado fuego del terminado viaje. ¡Álzate viajero, fatigado de la Tierra en brumas!... Debes ausentarte y arreglar tus confundidas cuentas, porque los instantes ya contados, son el tiempo del tiempo y medio….
Y porque Dios desde lo alto ha dicho: “”Mi morada es de anchas puertas, más por ellas solamente pasarán los humildes, que caminar supieron en misión de caridad y amor””
¡Viajero…Tú que viajas!..¡Alza la vista, observa, comprende…Y serás! ¡Es ya la hora diez!
Mensaje recibido el 1 de Enero de 1969 por Benjamín Solari Parravicini
Publicado en el nº 379 de la revista: Conocimiento de la Nueva Era, de el mes de Julio de 1969.
CAROLINA- ADMINISTRADOR
- Cantidad de envíos : 1690
Localización : ARGENTINA
Fecha de inscripción : 04/02/2009
Re: LA HORA DIEZ-Benjamin S. Parravicini
Viajero del tiempo...que en un suspiro vives, entonado y torpe, en cada viaje efímero,...sucumbiste siempre...en cada visita terrena...desde el viaje 1...en amanecer sereno...y en tu búsqueda eterna...escribiste iluso...tu partida...previa a un final caduco...a tu infertil retorno...al vergel perdido...
epsylon235- Miembro estrella
- Cantidad de envíos : 1477
Localización : Argentina
Fecha de inscripción : 24/10/2010
Re: LA HORA DIEZ-Benjamin S. Parravicini
¡Hermano viajero! El recorrer la Tierra, encierra sorpresas que nublan el tiempo. ¿Sabes acaso, andarín del planeta en evolución, que llegó el hombre a él, para servir al semejante, más no para ser servido? ¿Sabes que la mano que con orgullo luces, no te fue dada para jugar con oros, más si para mitigar padeceres, para acariciar en caridad y ternura y para enjugar afligidas lágrimas? ¿Sabes acaso, que si ojos llevas sobre tu dorado rostro, no te fueron otorgados para descubrir ficticias situaciones, ni oropeles inútiles, más si te fueron entregados para encontrar al Señor y portar su luz al ciego, enseñándole a conocer aquella real presencia y su divina palabra?
¿Hablaste con el retirado servidor del Alto, que allí mora? Y en esa mansión de paz… ¿Hablaste contigo mismo?
Ya en 1969, nos estaban ayudando a despertar la conciencia....
¿Hablaste con el retirado servidor del Alto, que allí mora? Y en esa mansión de paz… ¿Hablaste contigo mismo?
Ya en 1969, nos estaban ayudando a despertar la conciencia....
Hiro- Miembro Activo
- Cantidad de envíos : 96
Edad : 66
Localización : Argentina
Fecha de inscripción : 07/02/2010
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